LA VERBENA
La Verbena figura entre las grandes plantas mágicas de europa. Por esta razón, Dioscórides llamó a la Verbena "hierba sagrada", debido a su protagonismo en ceremonias religiosas de la antigüedad. Su energía es femenina, su planeta regente es Venus y su elemento es la Tierra.
En el siglo XVI, en algunas localidades de Alemania, la víspera de san Juan, se encendían hogueras y hombres y mujeres cantaban y bailaban alrededor de las mismas, llevando en el cuello guirnaldas de Artemisa y Verbena. El que se marchaba arrojaba la Artemisa y la Verbena al fuego pronunciando estas palabras: "Que toda la mala suerte me deje y se queme con este fuego."
"
En las tradiciones mágicas de la península Ibérica la Verbena protagonizó por excelencia las noches de la víspera de san Juan, cuando la planta tenía mayores poderes mágicos. Los celtas equiparaban la Verbena al muérdago y en la Orden de la Rosa cruz, la Verbena constituyó una de sus doce plantas mágicas.
La noche de San Juan ha estado desde tiempos remotos, más allá de la memoria del hombre, vinculada a los ritos mágicos y a la recolección de ciertas plantas, entre ellas la Verbena. El nombre gallego de herba dos ensalmos, recuerda sus virtudes mágicas, especialmente encaminadas a potenciar o conseguir el amor de la persona deseada. Es un ingrediente común en las mezclas de amor y los hechizos protectores. Salpicar una infusión de Verbena ahuyenta a los malos espíritus; esparciéndola para que actúe como pacificador y calmar emociones. La Verbena también es curativa y atrae buena fortuna y protección ante todo encantamiento a quien se unte con su jugo.
Los conjuros para el amor estuvieron muy difundidos, quemándose también para disipar el amor no correspondido. En la obra titulada Operación de los siete espíritus de los planetas, en el apartado Secretos de magia para hacerse amar, donde se recopilan cincuenta fórmulas para conseguir ser amado, se dice: "Para el amor frotar las propias manos con jugo de verbena y tocar luego con ella a la persona que se desea rendir de amor."
Sobre los poderes sexuales y amorosos de la Verbena el insigne Paracelso, en Las plantas mágicas, dice: "Las flores de esta planta son muy utilizadas en magia sexual. Con ellas se compone un filtro de amor irresistible." Alberto el Grande, que introdujo en el pensamiento occidental la totalidad de la obra aristotélica, en "De vegetalibus etplantibus", también alude a la magia sexual y amorosa de la Verbena: "Cinco hojas mezcladas con vino y derramado luego en una sala donde se celebre un festín, hará renacer al instante una alegría loca entre los comensales."
En Cantabria la Verbena recibe el nombre popular de "yerbuca de San Juan" y, según la tradición, hace invulnerable a quien la lleva consigo. Su fama de planta milagrera y salvadora de los peligros de la vida, queda patente en numerosas localidades de la Península donde la tradición ha pasado al saber popular a través de los refranes: En Ribadesella (Asturias) existe este refrán: "El que coga la verbena la mañana de San Juan, no le picará culiebra ni bicho que le haga mal." En Galicia las hojas de la Verbena se utilizaban para diagnosticar a los niños el llamado "mal do aire" o "aire de envidia", una variante del famoso "mal de ojo".
Las propiedades medicinales de la Verbena se unieron a sus propiedades mágicas y resultó, en opinión de los antiguos, un "curalotodo" de gran eficacia. El folclorista Ismael del Pan recoge una tradición toledana que asegura "no haber mujeruca que a base de Verbena y Ruda, aguardiente o aceite, no sea capaz de preparar un nuevo bálsamo fierabrás para alguno de sus convecinos, afectados de asiento, calenturas o reuma
En el siglo XVI, en algunas localidades de Alemania, la víspera de san Juan, se encendían hogueras y hombres y mujeres cantaban y bailaban alrededor de las mismas, llevando en el cuello guirnaldas de Artemisa y Verbena. El que se marchaba arrojaba la Artemisa y la Verbena al fuego pronunciando estas palabras: "Que toda la mala suerte me deje y se queme con este fuego."
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En las tradiciones mágicas de la península Ibérica la Verbena protagonizó por excelencia las noches de la víspera de san Juan, cuando la planta tenía mayores poderes mágicos. Los celtas equiparaban la Verbena al muérdago y en la Orden de la Rosa cruz, la Verbena constituyó una de sus doce plantas mágicas.
La noche de San Juan ha estado desde tiempos remotos, más allá de la memoria del hombre, vinculada a los ritos mágicos y a la recolección de ciertas plantas, entre ellas la Verbena. El nombre gallego de herba dos ensalmos, recuerda sus virtudes mágicas, especialmente encaminadas a potenciar o conseguir el amor de la persona deseada. Es un ingrediente común en las mezclas de amor y los hechizos protectores. Salpicar una infusión de Verbena ahuyenta a los malos espíritus; esparciéndola para que actúe como pacificador y calmar emociones. La Verbena también es curativa y atrae buena fortuna y protección ante todo encantamiento a quien se unte con su jugo.
Los conjuros para el amor estuvieron muy difundidos, quemándose también para disipar el amor no correspondido. En la obra titulada Operación de los siete espíritus de los planetas, en el apartado Secretos de magia para hacerse amar, donde se recopilan cincuenta fórmulas para conseguir ser amado, se dice: "Para el amor frotar las propias manos con jugo de verbena y tocar luego con ella a la persona que se desea rendir de amor."
Sobre los poderes sexuales y amorosos de la Verbena el insigne Paracelso, en Las plantas mágicas, dice: "Las flores de esta planta son muy utilizadas en magia sexual. Con ellas se compone un filtro de amor irresistible." Alberto el Grande, que introdujo en el pensamiento occidental la totalidad de la obra aristotélica, en "De vegetalibus etplantibus", también alude a la magia sexual y amorosa de la Verbena: "Cinco hojas mezcladas con vino y derramado luego en una sala donde se celebre un festín, hará renacer al instante una alegría loca entre los comensales."
En Cantabria la Verbena recibe el nombre popular de "yerbuca de San Juan" y, según la tradición, hace invulnerable a quien la lleva consigo. Su fama de planta milagrera y salvadora de los peligros de la vida, queda patente en numerosas localidades de la Península donde la tradición ha pasado al saber popular a través de los refranes: En Ribadesella (Asturias) existe este refrán: "El que coga la verbena la mañana de San Juan, no le picará culiebra ni bicho que le haga mal." En Galicia las hojas de la Verbena se utilizaban para diagnosticar a los niños el llamado "mal do aire" o "aire de envidia", una variante del famoso "mal de ojo".
Las propiedades medicinales de la Verbena se unieron a sus propiedades mágicas y resultó, en opinión de los antiguos, un "curalotodo" de gran eficacia. El folclorista Ismael del Pan recoge una tradición toledana que asegura "no haber mujeruca que a base de Verbena y Ruda, aguardiente o aceite, no sea capaz de preparar un nuevo bálsamo fierabrás para alguno de sus convecinos, afectados de asiento, calenturas o reuma
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