jueves, 29 de septiembre de 2016
MEDALLA DE SAN BENITO
No existe, en efecto, medalla alguna que posea tan maravilloso poder conferida por Cristo y ninguna tan altamente estimada por la santa Iglesia como lo es la Medalla de San Benito. Todo aquel que lleve, use y rece con mucha devoción esta medalla, confiando en el poder glorioso de la Santa Cruz y los méritos del santo Padre San Benito, puede esperar que la poderosa protección de este gran santo venga en su auxlio de sus necesidades espirituales. Después de su aprobación formal por el Papa Benedicto XIV en el siglo 18, esta devoción se propagó rápidamente y de inmediato la medalla comenzó a utilizarse por los católicos para protegerse de los peligros espirituales, especialmente aquellos relacionadas con el mal en todas sus formas, el veneno de las habladurías y de las ocasiones de pecar.
¿Cómo utilizar esta medalla?
La medalla puede utilizarse de distintas maneras. Dependiendo del fiel, familia o comunidad, puede hacer uso de ella, luego de bendecida con agua bendita, como en algunos de los ejemplos que se mencionan a continuación:
• En una humilde cadena atada alrededor del cuello;
• Unido a un Santo Rosario;
• Colocado en el automóvil o en el hogar;
• Colocado en alguna columna de un edificio;
• En el centro de una cruz.
• Guardado en el bolsillo o en el bolso;
• Llevado en la muñeca o junto con las llaves de su casa, entre otros.
El uso de cualquier sacramental debe hacerse con el fin de recordarnos el poder Divino de Dios y de inspirarnos a actuar según su voluntad, con ardientes deseos de servirle a Él y al prójimo.
ORACIÓN
Dios Padre Todopoderoso, haz que aprendiendo del mensaje de San Benito, por su intercesión y por el signo de la cruz, me libere de todo mal, de toda perturbación; que nada ni nadie me aleje de tu Amor. Que el espíritu del egoísmo y de soberbia jamás aniden en mi alma. Retira de mí, aquello que me perturbe, que me robe la armonía, el equilibrio. No dejes que en mi corazón haya jamás sentimientos de violencia, ira, avaricia, codicia, envidia…, ningún tipo de maldad ni odio a nada ni a nadie. Oh Dios, aleja de mí a Satanás, espíritu del mal y a todos sus seguidores. Que la mentira y engaño se borren de mi existencia, que el veneno del maligno no llegue ni a tocarme. Que no me distraiga nunca con sus argucias tramposas. Aparta de mí a las personas que obstaculicen y separen del camino del bien, la verdad y el amor. Que en mi interior no haya nunca sentimiento alguno de rencor o venganza. Que el lema de la vida de San Benito, PAZ, sea el motor de todas mis palabras, pensamientos y acciones. Oh Dios que con el signo de la cruz, representada en la medalla de San Benito, con las oraciones y signos que ella contiene, envolviste de luz a las personas, rodéame con la nube de luz blanca de la gracia de Dios, de tal forma que ningún mal se me pueda acercar, que las fuerzas oscuras ni me vean, ni me escuchen ni sientan mi presencia y así camine, por el planeta tierra, iluminando mis pisadas y las de mis hermanos que van al lado.
Amén.
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