ABEDUL
Betula pendula: El abedul es el árbol de la docilidad, pertenece a Mercurio.
Los romanos lo empleaban para confeccionar las antorchas con las que iluminaban el camino de la novia hasta la casa del esposo, como símbolo portador de felicidad, ya que era considerado como el instrumento de la influencia cósmica positiva para la nueva pareja. Asimismo, en la antigua Roma se empleaban ramas de abedul en el ritual para expulsar a los espíritus del año viejo.
Como se le atribuye el poder de expulsar a los demonios, en la Edad Media se azotaba con ramas de abedul a delincuentes y a locos.
Si una mujer quiere saber cómo será su esposo debe tomar una ramita de abedul, a la cual atará sus medias con una cinta de hilo blanco; lo pondrá todo debajo de la almohada, y al acostarse se untará las sienes con aceite de semillas de amapola (9 días las semillas en aceite de oliva), recitando fervorosamente las siguientes palabras: Kirie clementissime, qui Abraham servo tuo dedisti uxorem Saram, et filio eius obedientissimo per admirabilem signum, indicasti Rebecam uxorem, indica mihi ancillae tuae, quem sim nuptura virum per ministerium tuorum spirituum Balideth Aisiabi Abumalit. Amen. Al día siguiente, al despertarse, procure acordarse de lo que haya visto en sueños; y si no ha tenido ninguna aparición de hombre, o algún símbolo fálico, repetirá esta operación en las noches de los tres viernes siguientes, y si en esas noches tampoco han tenido ninguna visión de hombre durante el sueño, no se casarán. Las divorciadas o viudas pueden hacer esta prueba lo mismo que las solteras, con la única diferencia que deberán acostarse al revés, es decir, colocando la almohada a los pies de la cama.
Su principal virtud es la de alejar las penas y mejorar las depresiones. Se utiliza la corteza en limpias. Hay quien confecciona saquitos de tela verde con hojas de abedul machacadas hasta pulverizarlas y lo lleva siempre consigo para no sufrir penas.
Las limpias de cocimientos de corteza de abedul son buenas para quienes padecen de los riñones.
Para proteger a los bebés del aojamiento se ponen ramas de abedul sobre la cuna.
Lavándose con un cocimiento de corteza de abedul conseguiremos que desaparezcan las manchas y pecas de la piel.
Cuando soñamos con este árbol significa que nuestro hogar está protegido contra las influencias maléficas y que nuestros negocios van por buen camino.
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