viernes, 11 de marzo de 2016






 Magia de la Tierra, Marion Weinstein.

La finalidad de la Magia del cordón es acumular o conservar algunos atributos del Poder de la Luna, que varían en cada fase. Estos atributos se van colocando en una cuerda de una cierta longitud y se sujetan con nudos para que el/la practicante pueda disponer de ellos en cualquier momento.
Se usa un cordón de lana de color, de unos dos pies de longitud. Para preparar un cordón durante la fase lunar adecuada, encienda su vela de la Diosa y siéntese ante su altar o mesa de trabajo, o salga al aire libre. Invoque el aspecto de la Diosa que desea conservar en el cordón.
Coloque este círculo al rededor de la vela de la Diosa, y dejelo allí un tiempo, mientras medita en la fase y los atributos con los que está cargándose el cordón. Cuando utilice el cordón lo puede llevar en la mano o rodear con él la vela de la Diosa.

El Libro Completo de la Brujería de Buckland, Raymond Buckland.

Se precisa una cuerda de nueve pies de longitud ( tres veces tres, el número mágico por excelencia), de color rojo (color de la sangre y la fuerza vital). Es mejor fabricarla con tres trozos de seda roja, aunque también sirven la lana o el nylon (siempre es mejor la fibra natural). Se trenzarán los tres trozos concentrando toda la energía en el proceso, para que llegue a ser parte de ti.
Una vez trenzada la cuerda, es necesario consagrarla.
Para almacenar una energía concreta ( la de una hora especial, fase lunar, día de la semana, etc.) el proceso a seguir es el siguiente :
Se liberará el Poder (a través de cánticos, entonaciones, etc) y cuando sintamos que es el momento iremos haciendo nudos. El total de nudos será nueve, pronunciando estas palabras a medida que hacemos cada nudo


Con el UNO se inicia el hechizo
Con el DOS se hace verdad
Con el TRES así será
Con el CUATRO este poder conservo
Con el CINCO está vivo el hechizo
Con el SEIS este hechizo fijo
Con el SIETE los sucesos transformaré
Con el OCHO el destino será
Con el NUEVE mía es la realización.

Al atar en numero nueve dirigirás toda la energía a la cuerda, y al resto de nudos.
Para usar el Poder almacenado en la Cuerda, es necesario ir deshaciendo un nudo cada día, en días consecutivos y en el mismo orden en el que fueron atados ; el último nudo será desatado el día del ritual o hechizo.
Otro ejemplo de trabajo de contención con cuerdas lo encontramos en aquellas situaciones en las que debemos contenernos a nosotros mismos, o a una parte de nosotros. Pensemos, por ejemplo, en alguien que queremos dejar atrás, pero que constantemente nos provoca, y nos cuesta horrores no reaccionar. O
pensemos, por ejemplo en un mal hábito, o cualquier cosa que nos tente pero que sabemos que no debemos ceder.
Uno puede atarse simbólicamente con una pulsera trenzada en sus muñecas, o incluso con un anillo o collar que recuerden esta forma, para tener presente el compromiso que ha establecido consigo mismo – y cuando entablamos un compromiso con otra persona, en primer lugar lo hacemos con nosotros mismos -. Las cuerdas, cintas, collares, anillos, etc. pueden emplearse en este sentido en visualizaciones (por ejemplo utilizando el mismo arquetipo de Odiseo) y rituales, en trabajos de autoconcontrol y autodisciplina.

Magia gitana con nudos
 El hechizo se hace con una cinta roja de casi un metro. La mujer ata el primer nudo, el marido el segundo, la mujer el tercero, y así sucesivamente.
Mientras realizan el primer nudo en el centro de la cinta, dicen los dos: “ Con este primer nudo damos comienzo a nuestro matrimonio” (...)
(...) “Con este segundo nudo comprometemos nuestro amor”.
(...) “Con este tercer nudo prometemos ser siempre fieles”.
(...) “Con este cuarto nudo atamos nuestros corazones”.
(...) “Con este quinto nudo nos adherimos el uno al otro”.
(...) “ Con este sexto nudo nos sostenemos mutuamente”.
(...) “ Con este séptimo nudo unimos nuestras almas”.
(...) “ Con este octavo nudo nos protegemos mutuamente de toda
enfermedad”.
(...) “ Con este noveno nudo vamos a ser una sola cosa”.

La cinta llena de nudos se guarda luego a buen recaudo.


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