domingo, 19 de junio de 2016



ESPIRAL CELTA


La espiral celta es otro de los símbolos más representativos del arte de esta cultura ancestral. Esta se caracteriza por no tener ni principio ni final, por lo que significa la vida eterna, el día a día, el tiempo y el Sol, que cada noche se esconde para reaparecer cada amanecer. Son numerosos los petroglifos en la que se representa una sola espiral, aunque también hay hallazgos de dos espirales unidas, cada una de ellas girando en un sentido, estas últimas, se cree que tenían alguna relación con el agua.


Cualquier observador sagaz de la naturaleza o la vida interior termina con encontrarse con la espiral primordial. La espiral ha sido un símbolo ampliamente utilizado en la antigüedad para simbolizar el crecimiento, la expansión y la energía cósmica encarnada en el sol y el cielo. Es el reflejo del macrocosmos en el más limitado mundo del microcosmos. Se encuentra en todos niveles que unen la realidad suprasensible como el mundo sensible. Es la forma que adopta las galaxias, los tornados, el torbellino del agua y nuestro propio ADN. Es también lo que hace posible toda condición e idea.




Las espirales están presentes de manera constante en la naturaleza. Caracoles, corales marinos, telarañas, fósiles, conchas y un largo etcétera adoptan la forma de una espiral. Las plantas crecen danzando con la espiral de la vida.



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