OBJETOS QUE TRAEN MALA ENERGÍA A NUESTRO HOGAR
( Segun el FENG SHUI )
( Segun el FENG SHUI )
Se cree que, cuando un objeto se daña, pierde su forma y su función, y con ello su energía, resultando en un factor de desequilibrio y/o desgaste energético en el entorno.
Cristales deteriorados: La explicación anterior es particularmente válida para los cristales deteriorados (golpeados, rajados, astillados, destrozados), y sobre todo para los espejos rotos, más aún si se pone un espejo roto frente a otro espejo roto.
Zapatos dañados o que nunca se usan: A partir de los mecanismos de circulación energética, se plantea que en los zapatos se acumulan las energías negativas de la gente, y cuando se tiene un zapato dañado o que nunca se usa, esta energía acentúa aún más su carácter negativo.
Libros dañados: Esto se desprende del principio de los objetos rotos, con la particularidad de que el libro, por tener plasmadas ideas, supuestamente (cuando está dañado) genera contaminación energética en un nivel más sutil.
Relojes dañados: Debido a que el reloj representa el paso del tiempo, se ha creído (supersticiosamente quizás) que un reloj dañado tiende a frenar nuestro progreso, el logro de nuestras metas.
Antigüedades: En este caso hay un buen fundamento para cuidarse del objeto. Ocurre así que las alhajas antiguas suelen estar cargadas con la energía de quien o quienes las poseyeron. Esa energía, como sabemos, es una impresión astral, y esa impresión astral comporta por lo general aspectos negativos, ya que casi seguramente la alhaja antigua estuvo en un ambiente donde se dieron conflictos y hubo sufrimiento. Por eso se recomienda someterlas a un proceso de depuración, que consiste en sumergirlas en agua con sal marina durante 24 horas, tras lo cual debe ponérselas bajo el sol tres horas seguidas.
Elementos o aparatos médicos: Cuando estos artefactos han pertenecido a un enfermo, se recomienda no guardarlos a menos que se los necesite, ya que tienen depositada la energía astral propia de los padecimientos de salud del enfermo que los tuvo.
Cunas: Se cree que las cunas de bebés deben sacarse o guardarse cuando no se las necesita, pues de lo contrario dificultaran el crecimiento del niño. Como ven, aquí el fundamento es más de tipo psicológico que esotérico, puesto que tiene que ver con la percepción que el niño tiene de lo que la cuna representa.
Muebles de madera viejos, quebrados o derruidos: Esto se desprende del principio de los objetos rotos, con la particularidad de que son especialmente nocivos en tanto que tienden a ser frecuentemente empleados.
Fotos o papeles vinculados a situaciones dolorosas: Aparte del evidente fundamento psicológico (ver la foto, o leer el papel, hará que revivamos el dolor), se cree que estos objetos encierran, en gran medida, la energía astral de lo que representan. Así, no conviene guardar cartas de rupturas sentimentales, por ejemplo.
Cenizas de familiares o seres queridos: Desde un punto de vista energético, esto es semejante a guardar un cadáver, e incluso puede ser causa de actividad paranormal.
Cintas, fajas y crespones de velatorio: Estos objetos conservan la huella astral correspondiente al sufrimiento que se vertió mientras se estaba en el velatorio y se los usaba.
Pan desperdiciado: nunca se debe tirar el pan, ni arrojarlo a la basura. Bíblicamente se lo considera sagrado. Arrojar pan trae pobreza y problemas económicos en general. Si sobra, se procede de la siguiente manera: en primer lugar se lo moja, para que no se pueda comer. Luego se lo coloca en una bolsita de plástico y se lo deja al aire libre durante 24 horas. Recién después de este procedimiento se lo puede arrojar a una bolsa de residuos.
Ópalos: Supuestamente traen interferencias, desgaste o inestabilidad energética, sobre todo si son azules, rojos o negros. Pero debe advertirse: con casi toda seguridad, esto es pura superstición.
Exceso de color negro: El negro absorbe energía, por eso las velas negras se usan para drenar energías negativas del lugar en que se prenden. Psicológicamente el negro está asociado a cuestiones negativas, y eso, sumado al carácter que tiene a nivel energético, hace que definitivamente sea perjudicial tener exceso de negro donde vivimos. El negro está asociado a aspectos emocionalmente dolorosos, y una muestra de eso es que en los sueños de la gente deprimida el negro tiene mayor presencia que en los sueños de la gente no deprimida.
Pirámides mal orientadas: Las pirámides deben estar orientadas hacia el norte y preferiblemente deben estar cerca de sitios bien iluminados (al pie de ventanas por donde entra el sol, por ejemplo). Esta creencia se basa en la vibración producida por la estructura geométrica de la pirámide, y en la relación de esto con los polos magnéticos de la Tierra.
Objetos de mar: En Fenhg Shui se cree que el mundo marino tiene una energía particular distinta del mundo terrestre, y a partir de eso se plantea que, tener caracoles y otras cosas así, constituye un factor de perturbación energética.
Animales disecados: Se cree que la muerte y los procesos propios de ésta tienen una energía particular, por lo que tener animales disecados equivale a guardar la energía de cadáveres.
Plantas, flores secas, plantas de exterior puestas en el interior: Se plantea que todas estas cosas drenan energía del entorno, y esto parece no ser una superstición, ya que es el fundamento a partir del cual en algunos libros se recomienda abrazar árboles para descargar nuestra energía negativa.
Cualquier tipo de símbolo, imagen o figura vinculada al Satanismo: Los símbolos suelen tener, aunque sea en un mínimo, la energía de lo que representan, y lo mismo ocurre con las imágenes y las figuras. Por eso es recomendable no tener representaciones de cosas pertenecientes al mundo del satanismo. Esto rige particularmente para símbolos, imágenes o figuras que han sido usadas en rituales.
Cráneos, huesos u otros elementos de personas difuntas: Esto ya se explicó arriba, pero cabe mencionar que es particularmente peligroso tener restos de difuntos humanos, ya que están fuertemente asociados a la energía de la persona fallecida, y pueden en algunos casos desatar actividad paranormal, o contaminar energéticamente el lugar si el difunto fue alguien malo (un ladrón, un asesino, un narcotraficante, etc).
Objetos que estuvieron muy vinculados a alguien malvado: Estos objetos tienen huellas astrales muy fuertes de sus antiguos portadores, y estas huellas astrales pueden influir en nuestra aura y, a través de ella, en nuestras emociones y conducta.
Muñecos de vudú: Aquí nos referimos a los muñecos de vudú que han sido usados en rituales o que han sido hechos para ser usados en rituales, aunque aún no se hayan usado. No nos referimos a meras representaciones, como las que podrían usarse para exposiciones en museos. En cuanto a la explicación, ya ha sido expuesta anteriormente.
Objetos vinculados a ciertos cultos paganos en los que se invocan espíritus: Estos objetos son peligrosos porque muchas veces se han empleado en invocaciones y han terminado asociados a determinados espíritus. No es, como creen los evangélicos, que estos objetos representan a dioses falsos que en realidad son demonios. Las entidades que representan simplemente (al menos en la gran mayoría de casos) no existen, pero eso no quita que no estén asociados a la entidad que, a un nivel astral, se ha generado por la fe que las personas del culto tienen. Esta entidad no es un ente dotado de voluntad y conciencia (a menos que se haya generado un tulpa, pero eso solo sucede si han intervenido personas psíquicamente dotadas), sino una estructura energética asociada a determinados patrones psíquicos. Sin embargo el peligro principal de estos objetos no está en lo indicado antes, sino en el hecho de que, como se señaló en los comienzos del artículo, usualmente ciertos espíritus (del bajo astral) acuden cuando se realizan los rituales, y terminan depositando su energía en los objetos empleados durante el proceso ritual.
Cristales deteriorados: La explicación anterior es particularmente válida para los cristales deteriorados (golpeados, rajados, astillados, destrozados), y sobre todo para los espejos rotos, más aún si se pone un espejo roto frente a otro espejo roto.
Zapatos dañados o que nunca se usan: A partir de los mecanismos de circulación energética, se plantea que en los zapatos se acumulan las energías negativas de la gente, y cuando se tiene un zapato dañado o que nunca se usa, esta energía acentúa aún más su carácter negativo.
Libros dañados: Esto se desprende del principio de los objetos rotos, con la particularidad de que el libro, por tener plasmadas ideas, supuestamente (cuando está dañado) genera contaminación energética en un nivel más sutil.
Relojes dañados: Debido a que el reloj representa el paso del tiempo, se ha creído (supersticiosamente quizás) que un reloj dañado tiende a frenar nuestro progreso, el logro de nuestras metas.
Antigüedades: En este caso hay un buen fundamento para cuidarse del objeto. Ocurre así que las alhajas antiguas suelen estar cargadas con la energía de quien o quienes las poseyeron. Esa energía, como sabemos, es una impresión astral, y esa impresión astral comporta por lo general aspectos negativos, ya que casi seguramente la alhaja antigua estuvo en un ambiente donde se dieron conflictos y hubo sufrimiento. Por eso se recomienda someterlas a un proceso de depuración, que consiste en sumergirlas en agua con sal marina durante 24 horas, tras lo cual debe ponérselas bajo el sol tres horas seguidas.
Elementos o aparatos médicos: Cuando estos artefactos han pertenecido a un enfermo, se recomienda no guardarlos a menos que se los necesite, ya que tienen depositada la energía astral propia de los padecimientos de salud del enfermo que los tuvo.
Cunas: Se cree que las cunas de bebés deben sacarse o guardarse cuando no se las necesita, pues de lo contrario dificultaran el crecimiento del niño. Como ven, aquí el fundamento es más de tipo psicológico que esotérico, puesto que tiene que ver con la percepción que el niño tiene de lo que la cuna representa.
Muebles de madera viejos, quebrados o derruidos: Esto se desprende del principio de los objetos rotos, con la particularidad de que son especialmente nocivos en tanto que tienden a ser frecuentemente empleados.
Fotos o papeles vinculados a situaciones dolorosas: Aparte del evidente fundamento psicológico (ver la foto, o leer el papel, hará que revivamos el dolor), se cree que estos objetos encierran, en gran medida, la energía astral de lo que representan. Así, no conviene guardar cartas de rupturas sentimentales, por ejemplo.
Cenizas de familiares o seres queridos: Desde un punto de vista energético, esto es semejante a guardar un cadáver, e incluso puede ser causa de actividad paranormal.
Cintas, fajas y crespones de velatorio: Estos objetos conservan la huella astral correspondiente al sufrimiento que se vertió mientras se estaba en el velatorio y se los usaba.
Pan desperdiciado: nunca se debe tirar el pan, ni arrojarlo a la basura. Bíblicamente se lo considera sagrado. Arrojar pan trae pobreza y problemas económicos en general. Si sobra, se procede de la siguiente manera: en primer lugar se lo moja, para que no se pueda comer. Luego se lo coloca en una bolsita de plástico y se lo deja al aire libre durante 24 horas. Recién después de este procedimiento se lo puede arrojar a una bolsa de residuos.
Ópalos: Supuestamente traen interferencias, desgaste o inestabilidad energética, sobre todo si son azules, rojos o negros. Pero debe advertirse: con casi toda seguridad, esto es pura superstición.
Exceso de color negro: El negro absorbe energía, por eso las velas negras se usan para drenar energías negativas del lugar en que se prenden. Psicológicamente el negro está asociado a cuestiones negativas, y eso, sumado al carácter que tiene a nivel energético, hace que definitivamente sea perjudicial tener exceso de negro donde vivimos. El negro está asociado a aspectos emocionalmente dolorosos, y una muestra de eso es que en los sueños de la gente deprimida el negro tiene mayor presencia que en los sueños de la gente no deprimida.
Pirámides mal orientadas: Las pirámides deben estar orientadas hacia el norte y preferiblemente deben estar cerca de sitios bien iluminados (al pie de ventanas por donde entra el sol, por ejemplo). Esta creencia se basa en la vibración producida por la estructura geométrica de la pirámide, y en la relación de esto con los polos magnéticos de la Tierra.
Objetos de mar: En Fenhg Shui se cree que el mundo marino tiene una energía particular distinta del mundo terrestre, y a partir de eso se plantea que, tener caracoles y otras cosas así, constituye un factor de perturbación energética.
Animales disecados: Se cree que la muerte y los procesos propios de ésta tienen una energía particular, por lo que tener animales disecados equivale a guardar la energía de cadáveres.
Plantas, flores secas, plantas de exterior puestas en el interior: Se plantea que todas estas cosas drenan energía del entorno, y esto parece no ser una superstición, ya que es el fundamento a partir del cual en algunos libros se recomienda abrazar árboles para descargar nuestra energía negativa.
Cualquier tipo de símbolo, imagen o figura vinculada al Satanismo: Los símbolos suelen tener, aunque sea en un mínimo, la energía de lo que representan, y lo mismo ocurre con las imágenes y las figuras. Por eso es recomendable no tener representaciones de cosas pertenecientes al mundo del satanismo. Esto rige particularmente para símbolos, imágenes o figuras que han sido usadas en rituales.
Cráneos, huesos u otros elementos de personas difuntas: Esto ya se explicó arriba, pero cabe mencionar que es particularmente peligroso tener restos de difuntos humanos, ya que están fuertemente asociados a la energía de la persona fallecida, y pueden en algunos casos desatar actividad paranormal, o contaminar energéticamente el lugar si el difunto fue alguien malo (un ladrón, un asesino, un narcotraficante, etc).
Objetos que estuvieron muy vinculados a alguien malvado: Estos objetos tienen huellas astrales muy fuertes de sus antiguos portadores, y estas huellas astrales pueden influir en nuestra aura y, a través de ella, en nuestras emociones y conducta.
Muñecos de vudú: Aquí nos referimos a los muñecos de vudú que han sido usados en rituales o que han sido hechos para ser usados en rituales, aunque aún no se hayan usado. No nos referimos a meras representaciones, como las que podrían usarse para exposiciones en museos. En cuanto a la explicación, ya ha sido expuesta anteriormente.
Objetos vinculados a ciertos cultos paganos en los que se invocan espíritus: Estos objetos son peligrosos porque muchas veces se han empleado en invocaciones y han terminado asociados a determinados espíritus. No es, como creen los evangélicos, que estos objetos representan a dioses falsos que en realidad son demonios. Las entidades que representan simplemente (al menos en la gran mayoría de casos) no existen, pero eso no quita que no estén asociados a la entidad que, a un nivel astral, se ha generado por la fe que las personas del culto tienen. Esta entidad no es un ente dotado de voluntad y conciencia (a menos que se haya generado un tulpa, pero eso solo sucede si han intervenido personas psíquicamente dotadas), sino una estructura energética asociada a determinados patrones psíquicos. Sin embargo el peligro principal de estos objetos no está en lo indicado antes, sino en el hecho de que, como se señaló en los comienzos del artículo, usualmente ciertos espíritus (del bajo astral) acuden cuando se realizan los rituales, y terminan depositando su energía en los objetos empleados durante el proceso ritual.
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